Por muy moderna que puedan parecer las despedidas de soltera, éstas tienen cientos de años de tradición y hunde sus raíces en la mismísima Edad Media. Evidentemente, hoy en día el adiós a la soltería no se celebra de la misma manera que en tiempos de los Reyes Católicos. Pero la esencia es la misma: montar una buena fiesta e irse de juerga. Y de eso los varones medievales sabían bastante; tanto como para dar vida a una tradición centenaria.

 

Al parecer, en la Edad Media un aspirante a marido que se preciara debía despedirse de su vida de soltero acudiendo a una fiesta nocturna organizada por sus compadres. Lo peculiar del evento es que éste servía para dar fe de la fidelidad y el profundo amor que el novio le profesaba a su pareja. ¿Y cómo lo hacían? Pues, fácil, la pandilla contrataba los servicios de una profesional del ocio para adultos para que intentara lo imposible con el novio con tal de que éste cayera en la tentación.

Como era de esperar, medio milenio después los hombres siguen haciendo lo mismo, quizá con alguna diferencia en la forma, pero en todo caso haciendo honor a los creadores de esta tradición pre-nupcial. Pero en el caso de las chicas, las despedidas de soltera tienen un origen algo más romántico, aunque datan igualmente de tiempos previos al Renacimiento. El hecho ocurrió presuntamente en algún lugar de lo que hoy es Alemania y narra la historia de un amor imposible.

Por lo visto dos tortolitos querían casarse, pero les separaba la alcurnia. Ella era hija de una familia pudiente y él no tenía donde caerse muerto. Como era de esperar, el futurible suegro se opuso al enlace y amenazó a su hija con privarle de cualquier derecho hereditario si no se casaba con un hombre con tierras y dinero. Y eso hizo, la desheredó. Lo bonito del asunto es que las amigas le montaron una fiesta para ayudar a los recién y pobres casados a habilitar su nido de amor con regalos.

El espíritu de las despedidas es muy parecido en pleno siglo XXI, aunque el tema de los regalos (ahora en forma de cheques y transferencias en muchos casos) se deja para el banquete. Más allá de las pruebas de fidelidad y la ayuda de los amigos, las despedidas de soltera y soltero actuales tienen como objetivo divertirse hasta decir basta antes de entrar de cabeza en la vida marital, con todas las responsabilidades que ello conlleva.

En eso son expertos Despedidas Boramar, ya que ofrecen una serie de servicios apropiados para celebrar una despedida en condiciones. Entre otras cosas, ofrecen exclusivos alojamientos con todo lujo de detalles (hasta 10 personas) y restaurantes para que la fiesta pueda disfrutarse en cualquier sitio sin tener que preocuparse de nada, ni siquiera de cocinar. Despedidas Boramar cuenta además con shows eróticos para los buscan rememorar los orígenes medievales de las despedidas de soltero.

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