Al igual que sucede en Las Vegas, lo que pasa en una despedida de soltero en Valencia o de soltera, se queda en Valencia. Al menos por nuestra parte siempre va a ser así. Somos como tumbas, no contamos nada de lo que vemos ni de lo que escuchamos porque sabemos que guardar un secreto es parte de nuestro trabajo. Pero, ¿y vosotros? ¿Seréis capaces de guardar el secreto?
¡Qué no queden pruebas de nada!
Este es el lema de muchas pandillas que acuden a celebrar una despedida de soltera en Valencia o de soltero. ¡Nada de pruebas! Se prometen que no van a hacerse fotos, que todo lo que suceda será secreto y que, incluso sino pasa nada que realmente no se pueda contar, no se contará para que cada cual piense lo que quiera y todo resulte un poco más misterioso e interesante.
A fin de cuentas, las despedidas en Valencia tiene que tener ese punto de secretismo, sobre todo para castigar a los que no han querido formar parte del evento pero luego quieren saberlo todo.
¿Podréis aguantar sin contarlo?
El problema es que una vez que empieza a vivirse la despedida, todo se ve de otra manera. Las cenas en Saboramar tan divertidas y que dan para tantas anécdotas; o las fiestas en barco que parecen típicas de una película y que son todavía mejores de lo que muestran las fotos de la Web; o ese paseo en moto de agua en el que tantas risas se han soltado. O el chapuzón en el altamar.
La verdad… cuesta aguantarse sin contar nada de eso. Y, al final, lo cierto es que siempre hay quien acaba sacando fotos. Porque hay cosas que hay que guardarlas en foto o en vídeo para revivirlas una y otra vez durante los siguientes años.
Venga, va, la versión censurada sí la podemos contar
Es el momento de llegar un acuerdo que suele ser algo así: Así pues, vamos a contar la versión censurada, ¿vale? Por ejemplo, podemos mostrar las fotos del photocall de la fiesta en barco. O podemos dejar que vean lo bien que se nos dan las motos de agua en el vídeo que nos hemos hecho. Incluso fotografiaremos los platos del restaurante, que sabemos que es lo que toca.
Pero no, no contéis nada más, el resto hay que vivirlo y quién quiera saber lo divertida que puede ser una despedida en Valencia con Boramar… ¡Qué venga y la disfrute!
